✍🏼 debo decir…
Yo no soy pastor.
Ni gurú espiritual.
Soy un hombre de 48 años que ya vivió lo suficiente para saber que creer no es lo mismo que estar vivo.
Durante años caminé con “segúnes”.
Según yo tenía fe.
Según era fuerte.
Según estaba bien con Dios.
Pero todo eso era fe de aparador, sin raíz, sin pulso, sin carne.
No me encontré a mí mismo siguiendo creencias heredadas, frases trilladas o rutinas espirituales.
Me estoy encontrando cuando dejo de actuar como si todo estuviera bien y me acerco con el corazón roto a una sola verdad:
Cuando miro a Cristo, encuentro a Dios.
Y cuando lo encuentro a Él… por fin me encuentro a mí.
Ya no quiero caminar igual.
No quiero más rutas circulares, ni metas falsas, ni bendiciones de plástico.
Ahora tengo una visión.
Una meta real.
Y un llamado que me despierta, aunque no me convenga.
Por eso escribí esto:
🛤️ AÚN NO LLEGO… PERO YA NO ME DETENGO
(Filipenses 3:13–16, y la fe cuando ya no tienes ganas de volver a empezar)
No sé tú, pero yo he llegado a ese punto donde ya no tengo energía para fingir avances que no siento, ni para justificar retrocesos que sí duelen. Hay días en que mi única oración real no es “Señor, úsame”, sino algo más crudo:
“Señor, no me sueltes aunque hoy no tenga fuerza para nada.”
Pablo, el apóstol, escribió algo que me queda como anillo al dedo en esta temporada. No lo dijo desde el altar, ni desde la cumbre de la fe, sino desde una posición que entiendo mejor ahora: el punto medio. Ese lugar incómodo entre lo que ya soltaste… y lo que aún no logras.
“Hermanos, yo mismo no considero haberlo ya alcanzado; pero una cosa hago: olvidando lo que queda atrás y extendiéndome a lo que está delante, prosigo a la meta...”
(Filipenses 3:13-14)
Pablo está diciendo: “No he llegado, pero no me detengo”.
Y eso, para mí, ya es un tipo de fe. No perfecta. No iluminada. Pero sí valiente.
💡 ¿Y si lo más espiritual que puedes hacer hoy... es seguir caminando?
Porque sí, a veces la fe no es gritar “¡amén!”… sino levantarte cuando ya no querías.
A veces seguir creyendo no es declarar versículos, sino no apagar el motor aunque no veas la meta.
Porque el pasado te jala, el cansancio te tumba, y hay días en que hasta Dios parece en silencio.
Pero si algo me enseña este texto es que no todo está perdido mientras no te detengas.
No tienes que correr. No tienes que ganar premios espirituales.
Solo tienes que mantenerte en la fila. No perder el paso. No venderte por atajos.
“En aquello a que hemos llegado, andemos conforme a la misma regla.”
(Filipenses 3:16)
Este versículo usa una palabra muy precisa en griego: stoijéo, que significa andar en orden, marchar al paso, mantenerse alineado.
Es decir: no des un paso hacia atrás. Tal vez no avances mucho hoy, pero no te regreses. No te rindas. No te desconectes.
🎯 Fuimos alcanzados por Cristo… para alcanzarlo a Él
Este no es un mensaje de “échale ganas”, ni un panfleto de optimismo barato.
Es una declaración profunda:
Fuiste alcanzado por Cristo, no para tener cosas… sino para tenerlo a Él.
Y eso, si lo entiendes, te reordena la vida entera.
No estás en esta fe para coleccionar bendiciones, ni para presumir procesos, ni para buscar milagros como si fueran premios de consolación.
Estás en esta carrera para conocer al Dador, no solo los dones.
Para caminar hacia Él, aunque a ratos no sepas cómo.
A. B. Simpson, un tipo que entendió esto muy bien, escribió:
“Antes, bendiciones… hoy, el Señor.
Antes, dones… hoy, tengo al Dador.
Antes, sanidades… hoy, al Sanador.”
Y sí. A esta altura de mi vida, yo también quiero eso.
Ya no me llena el aplauso. Ni el rol de fuerte. Ni las frases espirituales.
Solo quiero a Dios. Y seguir caminando hacia Él, aunque sea con pasos torpes.
🧭 Para ti, que estás en el punto medio...
Este texto no es para el que ya llegó.
Es para el que aún no ve claro. Para el que a veces avanza y a veces no sabe si vale la pena seguir.
Para ti que estás en el punto medio entre el dolor que soltaste y la esperanza que aún no ves.
Hoy quiero recordarte algo:
Aunque no lo tengas todo claro… sigue caminando.
Aunque no tengas fuerza para grandes decisiones… no te detengas.
Aunque ya no sientas emociones intensas… permanece fiel.
Porque hay algo más alto que lo que perdiste: el llamado eterno.
✅ Porque tal vez no llegaste… pero ya no te detuviste.
Y eso, ya es una victoria.
☕️ Si este texto te tocó, suscríbete o invítame un café.
No escribo para convencer a muchos, escribo para conectar con los que ya no pueden seguir igual.
🔗 omarlc.substack.com
💳 Suscripción mensual: 35 pesos
🧡 Gracias por leer hasta el final. Esto no es religión. Es real.